
El Colegio Calasanz de Managua, celebra a Nuestra Señora de las Escuelas Pías y se Consagra a la amantísima Madre.
Conocida por todos es la presencia de María en el itinerario espiritual y carismático de Calasanz. Ya desde niño, es imbuido –especialmente por su madre- en la devoción y amor filial a María. Esta relación filial con María le acompañará siempre. De María, Calasanz recibe la intuición del ministerio y de la consagración.
Según testigos en su proceso de beatificación fue en una visita a la ‘Madonna dei Monti’ donde él decide que su vida quedará ligada a la educación de niños y jóvenes,
al leer el salmo ‘A ti ha sido encomendado el pobre, tú serás la ayuda del huérfano’. Antes de morir, cuando esta “obra de la Virgen” estaba destruida, la misma ‘Madonna dei Monti’ acudió a consolarle y darle ánimos sobre el futuro de las Escuelas Pías.
A María, Calasanz consagra su persona y la obra de las Escuelas Pías.
“La vida y el apostolado de san José de Calasanz están consagrados por una íntima y filial devoción a la Santísima Virgen María, Madre de Dios, a la cual se ofreció como esclavo perpetuo; deseando lo mismo de todos sus hijos, estableció que la Profesión en la Orden se hiciera, no solo a Dios, sino también a la Virgen Madre de Dios. Y, para que apareciera más claro que Ella era Madre y Maestra de todos, con profundo sentido teológico dio a la Orden de las Escuelas Pías el nombre de la Santísima Madre de Dios. La llamaba Madre de su Obra y a su solicitud maternal encomendó tanto la instrucción cristiana de los niños como la restitución de la Orden destruida” (DD, 170, 349).

“Y en particular puedo decir que mirando él la imagen de la Virgen, fijaba los ojos con tanto afecto, que no se movía nunca y parecía todo absorto en ello, y él solía decir que era inmerecidamente esclavo de la Virgen, y esto yo puedo decirlo por haber observado su comportamiento con mero estudio, y habiéndole yo preguntado al mismo padre José ¿cómo se llama la congregación que habéis fundado? Él me respondió en lengua española “se llama los pobres de la Madre de Dios, de la cual yo me retengo indigno esclavo” (Declaración sobre la espiritualidad calasancia, Roma,
1969, nota 33)
La consagración no es sólo entrega de cuanto uno es y posee sino reconocimiento y aceptación de los derechos de María sobre la propia persona del consagrado. Esta consagración, Calasanz la vivirá como esclavo de María, como queda simbolizado en la medalla que manda acuñar para la profesión de sus religiosos.
ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN
María, Madre de Dios,
como Calasanz nos reconocemos hijos tuyos.
A Ti encomendó nuestra vocación y nuestras obras,
para gloria de Dios y utilidad del prójimo.
Agradecemos tu maternal amparo y protección
en nuestra vida y nuestra historia,
y hoy, libremente y de todo corazón,
renovamos nuestra consagración a Ti como siervos tuyos.
Acoge nuestra pequeñez,
enriquécela con tu pobreza
y haz de esta Obra tuya fermento para el Reino,
especialmente entre los más pequeños y pobres.
Amén
Tú, que nos has dado en María una Madre que nos ama, haz que vivamos siempre bajo su amparo y protección.
Nuestra Señora de las Escuelas Pías