
¡Día grande en el Colegio Calasanz de Managua!
Con gran alegría la Comunidad Religiosa y Educativa, así como el personal no docente, celebramos como una sola familia la Solemnidad de la Santísima Virgen María, Madre y Maestra de las Escuelas Pías.
San José de Calasanz había orado ante muchas imágenes a lo largo de su vida: la Virgen de la Mora en Peralta de la Sal, la Virgen de los Desamparados en Valencia, de la Virgen de Montserrat en Barcelona, la Virgen del Pilar en Zaragoza… Pero lo más importante era que el amor a la Madre de Dios lo llevaba dentro de su corazón, siempre y en todo lugar. Por eso, cuando el P. José de Calasanz comenzó a cambiar el rumbo de su vida de acuerdo al plan de Dios, cambió incluso su nombre.
Desde el 25 de marzo de 1617, la nueva Orden se llama “Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías”. Desde ese momento, José ya nunca firmará con el título de “Doctor José de Calasanz”, sino con el de “José de la Madre de Dios”.
Todo un signo: su Orden y su persona, bajo la protección amorosa de la Madre de Jesucristo, Dios con nosotros.
Escribió una hermosa oración titulada CORONA DE LAS DOCE ESTRELLAS. En ella, la Santísima Trinidad es alabada y exaltada a través de María, Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa del Espíritu Santo y Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad.
Creó la llamada “Oración continua”, que consiste en estar orando en el oratorio de las escuelas, cada media hora, un grupo de unos 12 alumnos dirigido por un escolapio. La oración estaba basada en la CORONA DE LAS DOCE ESTRELLAS y otras oraciones, por la Iglesia, la Orden, las escuelas, y por otras necesidades de la sociedad y del mundo. Quería nuestro amigo Fundador, San José de Calasanz, que toda reunión acabase con esta hermosa plegaria:
Te invito a que la aprendas de memoria y la recites con el corazón muchas veces cada día.
Calasanz mandó construir un santuario dedicado a la Madre de Dios, en Frascati, que fue la primera fundación escolapia fuera de Roma. Él mismo llevó allí la imagen de la Virgen. Consiste en un icono de María coronada como Reina, sosteniendo con mucho amor al niño Jesús. Animaba a que todos orasen a María, pues su amparo y protección es el baluarte de los hijos e hijas a quienes Dios ama.
EL MILAGRO DE FRASCATI
Una señora había dado a luz a un hermoso bebé. Mientras lo amamantaba recostada en la cama, quedó dormida y, sin darse cuenta asfixió al niño por falta de respiración.

Esta señora acudió angustiada al Padre José. Éste la calmó con palabras de esperanza, tomó al niño en sus brazos, llamó a unos niños de la escuela, y fueron juntos a la iglesia a orar ante la imagen de la Virgen María.
Al instante el niño comenzó a respirar normalmente y volvió a la vida. Ya puedes imaginarte la alegría de la madre, que comenzó a alabar a Dios a través de la Virgen, Madre de su Hijo Jesús.
Roguemos a la Madre de Dios, a la Maestra, a la Jaire, kejaritoméne, que esta pandemia desaparezca y que consuele a los corazones afligidos por tanto dolor provocado.
¿Quién causa tanta alegría?… ¡La Madre de las Escuelas Pías!
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